El gobierno de México planteó a la administración de Joe Biden en USA, la necesidad de realizar programas de desarrollo económico en países centroamericanos para detener la migración.
Biden asimiló la propuesta y destinó poco más de 600 millones de dólares para la asistencia de Guatemala, Honduras y El Salvador. Además, solicitó al Congreso de USA la autorización de 861 millones de dólares para el año fiscal 2022 con este propósito.
En un comunicado de prensa, Joe Biden se dirige a López Obrador y afirma: “Espero trabajar con usted para ampliar nuestra cooperación, específicamente aumentando la inversión en el sur de México y el norte de Centroamérica (…), como lo discutió la vicepresidenta Harris con usted, abordar las causas fundamentales de la migración es una de las principales prioridades de nuestra administración”.
La migración es un fenómeno derivado de las precarias condiciones socioeconómicas, asociadas al narcotráfico y la inseguridad, por ejemplo, hoy cientos de migrantes en Tapachula, Chiapas, presentan solicitudes de refugio en USA.
De enero a septiembre de este año se registraron 90,000 solicitudes, mientras que en el mismo periodo del año anterior, fueron 27,000. Del total de peticiones de este año, 26,000 son de haitianos, el resto centroamericanos, cubanos y venezolanos.
México sólo puede absorber a una parte de esa población y ofrecer refugio temporal y limitado.
En USA hay una política de repatriación hacía México que este año se ha endurecido. Pues hubo 149,000 deportados de origen mexicano de enero a agosto y se espera que en lo que resta del año, se presente la mayor ola de repatriaciones de la última década.
Si sumamos a los repatriados mexicanos con la estancia en México de inmigrantes, estaremos hablando de una población flotante adicional de 230,000 personas. Hoy, USA está contagiado de una ola racista que evita que surja una reforma migratoria.